Este verano he podido disfrutar de pasar un tiempo dedicados a mis estudios de Inglés en una ciudad maravillosa, Auckland en Nueva Zelanda.
Solo quería destacar la manera de vida de este pequeño País, gente que desborda educación, empatía y solidaridad con los extranjeros, lleno de cultura y respecto entre ellas. En el ámbito de la educación no tiene nada que envidiar a ningún país con un alto nivel de profesionalidad y enseñanza en valores.
Me siento afortunada por haber conocido este maravilloso país, donde la vida es tranquila, agradable y muy llevadera, donde la calidad del día a día asciende a niveles que nunca podía imaginar.
Ha sido una etapa de mi vida mágica en la que los astros llegaron a un pacto para propiciarnos, a todos los que compartimos esa estancia y tuvimos la suerte de conocernos, que ese tiempo en Auckland fuese inolvidable.
Desde aquí un abrazo a todas las personas importantes que marcaron mi vida para siempre y que el destino quiso que nos encontráramos en un paraíso: Nueva Zelanda.
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